Continuamos con la serie sobre criterios de decisión. Ya exploramos el periodo de repago y sus limitaciones (si no lo leíste, puedes hacer click aquí). También analizamos la Tasa Interna de Retorno (TIR), destacando sus beneficios, pero enfocándonos en sus limitaciones (si no lo leíste, puedes hacer click aquí). Ahora, pasemos a mi métrica favorita: el Valor Presente Neto (VPN).
Aunque considero que es la mejor métrica para evaluar proyectos, no está exenta de limitaciones. Conocerlas te ayudará a tomar decisiones de inversión más informadas.
El VPN es una de las herramientas más utilizadas en finanzas para evaluar proyectos de inversión. Al considerar el valor temporal del dinero, permite estimar si un proyecto generará valor para los inversionistas. Sin embargo, como cualquier métrica financiera, tiene sus restricciones. Aquí exploramos cuatro aspectos clave que debes tener en cuenta antes de basar tus decisiones únicamente en el VPN.
1. Sensibilidad a la selección de la tasa de descuento
El VPN se calcula descontando los flujos de efectivo futuros de un proyecto a una tasa conocida como tasa de descuento o WACC (Weighted Average Cost of Capital). Esta tasa es crucial, ya que refleja factores como el costo de oportunidad y los riesgos específicos del proyecto.
Si la tasa de descuento se selecciona de manera incorrecta, el VPN resultante podría ser inexacto, llevando a aceptar o rechazar proyectos de forma equivocada. Una tasa demasiado alta podría hacer que proyectos viables parezcan no rentables, mientras que una tasa demasiado baja podría sobreestimar los beneficios de un proyecto.
Ejemplo:
Imagina un proyecto con una tasa de descuento del 10% que requiere una inversión inicial de $350,000 y generará flujos de $100,000 por 5 años. Este proyecto tendrá un VPN positivo de $29,079, haciéndolo un proyecto viable. Pero, al cambiar la tasa de descuento a 15%, el proyecto tiene un VPN negativo de $(14,784).
La tasa de descuento es un factor crítico que puede cambiar la viabilidad financiera de un proyecto. En Axia Consultores, utilizamos metodologías como el Capital Asset Pricing Model (CAPM) para estimar la tasa de descuento adecuada, considerando el riesgo inherente del proyecto, las condiciones del mercado y otros factores relevantes. Además, realizamos análisis de sensibilidad y escenarios para evaluar el impacto de posibles variaciones en esta tasa (ver punto 2 para más información sobre estas herramientas).
2. Incertidumbre en las estimaciones de los flujos de efectivo
El VPN requiere proyecciones de los flujos de efectivo futuros, pero estas estimaciones están sujetas a factores externos y a la incertidumbre inherente del negocio. Las proyecciones de ingresos, costos y otros flujos financieros pueden cambiar significativamente debido a variables como fluctuaciones del mercado, cambios en la regulación o imprevistos económicos. Esto afecta directamente la precisión del VPN.
Ejemplo:
Supongamos que estimas un flujo de efectivo anual de Q50,000 durante cinco años. Si una crisis económica reduce ese flujo a Q40,000 por año, el VPN inicial del proyecto disminuirá drásticamente, incluso volviéndose negativo.
Es fundamental complementar el cálculo del VPN con análisis de sensibilidad y escenarios para prever cómo los cambios en los flujos de efectivo pueden impactar los resultados. A nosotros nos gusta utilizar herramientas como la simulación de Monte Carlo para modelar escenarios diversos y entender mejor cómo la incertidumbre puede afectar las proyecciones. Esto nos permite guiar a nuestros clientes en la toma de decisiones más informadas y seguras. También empleamos herramientas como Data Tables para evaluar la sensibilidad de supuestos específicos en el VPN y considerar un "margen de seguridad".
3. No considera algunos riesgos específicos
El VPN, por diseño, no contempla ciertos riesgos que podrían afectar significativamente la ejecución de un proyecto. Aunque un proyecto con un VPN alto pueda parecer atractivo, podría implicar riesgos operativos, regulatorios o de mercado que el cálculo no refleja. Esto puede hacer que un proyecto financieramente viable sea, en la práctica, menos deseable.
Ejemplo:
Un caso claro es el de Saudi Aramco, donde, como señaló Aswath Damodaran, un modelo de flujo de caja descontado (básicamente un cálculo de VPN) no puede contemplar riesgos únicos como un posible cambio de régimen en la monarquía saudí. Tratar de incorporar este tipo de riesgo específico en la tasa de descuento (WACC) es incorrecto y puede llevar a resultados engañosos.
En estos casos, el uso de herramientas como las opciones reales puede ser una alternativa valiosa. Estas permiten evaluar la flexibilidad gerencial y la capacidad de adaptación ante cambios en el entorno, complementando las limitaciones del VPN y proporcionando una visión más dinámica de la viabilidad del proyecto.
4. No considera factores sociales y ambientales
El VPN se centra exclusivamente en aspectos financieros, dejando fuera factores que pueden tener un impacto significativo en la viabilidad y aceptación del proyecto. Un proyecto con un VPN positivo podría no ser sostenible desde una perspectiva social o ambiental, lo que podría llevar a costos adicionales o incluso al rechazo del proyecto por parte de los grupos de interés.
Ejemplo:
Un caso emblemático es el de la Mina San Rafael en Guatemala. Aunque el proyecto era financieramente viable y generaba importantes ingresos, enfrentó una fuerte oposición de las comunidades locales por la falta de consulta previa e informada, así como preocupaciones ambientales, como la posible contaminación de fuentes de agua.
En 2017, las operaciones de la mina fueron suspendidas, lo que resultó en la pérdida de más de 3,500 empleos y convirtió el proyecto en un símbolo de los desafíos sociales y ambientales que enfrentan proyectos económicamente sólidos, pero socialmente controvertidos.
El caso de la Mina San Rafael demuestra que el VPN, aunque útil para evaluar la viabilidad financiera, no captura los factores sociales y ambientales que pueden determinar el éxito o fracaso de un proyecto.
Conclusión
El Valor Presente Neto (VPN) es una métrica poderosa y esencial en la evaluación de proyectos de inversión. Sin embargo, no es infalible. Desde su dependencia en la selección de la tasa de descuento hasta su incapacidad para considerar riesgos específicos o impactos sociales y ambientales, es crucial complementarlo con otras herramientas y análisis.
Utilizar metodologías como el CAPM, simulaciones de Monte Carlo y análisis de opciones reales para capturar mejor la complejidad de los proyectos agregan muchísimo valor a en la toma de decisiones.
El VPN es solo una pieza del rompecabezas. Al combinarlo con un enfoque más amplio, puedes tomar decisiones de inversión más estratégicas, sostenibles y alineadas con tus objetivos a largo plazo.
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