Cuando evaluamos un proyecto, una de las primeras preguntas que suele surgir es: “¿Cuánto tiempo me llevará recuperar la inversión?” Es una pregunta natural, y muchas veces el periodo de repago se presenta como una respuesta rápida y sencilla. Sin embargo, a lo largo de mi experiencia en Axia Consultores, he aprendido que, aunque parece útil a primera vista, el periodo de repago es insuficiente para tomar decisiones de inversión fundamentadas.
En más de una ocasión, he visto cómo confiar exclusivamente en el periodo de repago puede llevar a subestimar proyectos con gran potencial o, peor aún, tomar decisiones que terminan afectando la rentabilidad a largo plazo. Por eso, quiero compartir 5 razones por las que el periodo de repago no debería ser la única herramienta en tu arsenal al momento de decidir sobre una inversión.
1. No considera la rentabilidad después del periodo de repago
El periodo de repago solo se enfoca en el tiempo que tarda en recuperar la inversión inicial, ignorando cualquier flujo de efectivo o ganancia generada después de ese punto. Esto puede llevar a decisiones que prioricen proyectos de recuperación rápida, pero con rentabilidades a largo plazo inferiores.
Ejemplo: Imagina que inviertes Q100,000 en dos proyectos. El Proyecto A te devuelve la inversión en 3 años, pero no genera más ingresos después. En cambio, el Proyecto B tarda 5 años en recuperar la inversión, pero genera Q20,000 adicionales cada año a partir del quinto año. A primera vista, el Proyecto A parece mejor, pero al los flujos después de la recuperación, notarás que el Proyecto B tiene mayor valor a largo plazo, algo que el periodo de repago no muestra.
2. Ignora el valor del dinero en el tiempo
El periodo de repago no ajusta los flujos de efectivo futuros para representar su diferente valor en el tiempo. En las finanzas no debemos comparar flujos que no ocurren al mismo momento del tiempo, pues no valen lo mismo. No es lo mismo recibir $100 dólares hoy que $100 dólares dentro de un año. Esto lleva a una distorsión en el valor del dinero y el verdadero periodo de recuperación.
Ejemplo: Si un proyecto genera Q33,333 cada año durante 3 años, al aplicar una tasa de descuento del 10%, el valor presente de esos flujos es menor de lo que parece. Al calcular el valor actual, verás que no recuperas los Q100,000 en 3 años, sino que realmente toma más tiempo, ya que los flujos futuros valen menos hoy debido a la tasa de descuento.
3. No mide la magnitud del retorno
Al centrarse únicamente en el tiempo para recuperar la inversión, la métrica ignora la escala o el tamaño del retorno total. Un proyecto podría tener un periodo de repago corto, pero generar rendimientos significativamente menores que uno con un periodo más largo, pero con mayores beneficios.
Ejemplo: Si inviertes Q50,000 en dos proyectos:
El Proyecto X recupera la inversión en 2 años y genera Q10,000 adicionales.
El Proyecto Y tarda 4 años en recuperar la inversión, pero genera Q40,000 adicionales.
A pesar de que el Proyecto X tiene un repago más rápido, el valor presente de los retornos del Proyecto Y es mayor, lo que lo convierte en una opción superior.
4. No evalúa riesgos más allá del plazo inicial
El periodo de repago no tiene en cuenta los riesgos asociados a los flujos de efectivo posteriores al periodo de recuperación. Un proyecto con un repago rápido podría tener mayor incertidumbre o inestabilidad a largo plazo, lo que podría comprometer su éxito financiero en el futuro.
Ejemplo: Imagina que inviertes en el Proyecto C, que recupera la inversión en 2 años, pero luego enfrenta competencia que reduce los ingresos. En cambio, el Proyecto D tarda 5 años en recuperar la inversión, pero opera en un mercado más estable con flujos sostenibles a largo plazo. Si solo consideras el periodo de repago, el Proyecto C parecería mejor, pero al evaluar el riesgo futuro, el Proyecto D es la opción más segura.
5. Favorece proyectos a corto plazo sobre los más rentables a largo plazo
Como esta métrica se centra en recuperar la inversión lo antes posible, tiende a privilegiar proyectos de menor plazo, lo cual puede llevar a rechazar oportunidades de inversión que, aunque tengan un periodo de repago más largo, ofrezcan retornos más atractivos en el largo plazo.
Ejemplo: El Proyecto E tiene un periodo de repago de 2 años, pero genera beneficios limitados después. El Proyecto F tarda 6 años en recuperar la inversión, pero genera flujos constantes durante los siguientes 10 años. Aunque el Proyecto E parece atractivo por el repago rápido, si consideras los flujos totales de ambos proyectos, el Proyecto F es más valioso a largo plazo.
Conclusión
Para tomar una decisión de inversión acertada, es crucial entender las limitaciones de los diferentes criterios de evaluación. En nuestras evaluaciones de proyectos, usualmente aplicamos cuatro criterios principales: Valor Presente Neto, Tasa Interna de Retorno, Periodo de Repago y Periodo de Repago Descontado.
Hoy hemos discutido las cinco principales limitaciones del periodo de repago. Probablemente la más relevante es que no ofrece una guía clara para decidir si se debe aceptar o rechazar un proyecto. En próximos artículos, exploraremos más criterios de decisión y sus limitaciones.
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