Imaginemos dos empresas que, a primera vista, parecen similares. No obstante, en el transcurso de sus trayectorias, una experimenta una prosperidad sostenida, mientras que la otra se ve inmersa en desafíos constantes. ¿Cuál es el factor que marca esta diferencia? La respuesta puede radicar en la gestión del Ciclo de Conversión de Efectivo. En el complejo escenario empresarial, comprender a fondo este ciclo no solo se convierte en un requisito esencial, sino en un elemento determinante que separa la excelencia empresarial de la mera supervivencia. Así, explorar y perfeccionar la gestión del Ciclo de Conversión de Efectivo se convierte en una habilidad esencial para aquellos que aspiran a destacar y prosperar en el competitivo mundo de los negocios.
En diversas ocasiones he tenido la oportunidad de plantear lo que considero la meta de una empresa: la generación de valor para sus accionistas a largo plazo. Es importante notar que, para poder generar valor a largo plazo, primero debemos sobrevivir el corto plazo, y es aquí donde el Ciclo de Conversión de Efectivo es determinante.
En USA, más del 80% de los emprendimientos fracasan por una mala administración del efectivo y el causante #1 de esto es el famoso capital de trabajo. El ciclo de conversión de efectivo es una herramienta que resume la cantidad de días que el capital está amarrado a la operación. Si una empresa tiene un ciclo de conversión de efectivo de 30 días, quiere decir que, en promedio, el capital de trabajo está atado a la operación por 30 días. Mientras más bajo el número, más eficiente es la empresa y requiere de menos capital; mientras más alto el número, menos eficiente y requiere de más capital.
La eficiencia está ligada directamente a la industria en la que operamos. Hay industrias donde el ciclo de conversión es corto y hay industrias donde el ciclo de conversión es largo. El reto es saber cómo opera mi industria y que eficiencias puedo lograr con un modelo de negocio disruptivo. Es evidente que comprender nuestro negocio es trascendental para sobresalir. Como dice Warren Buffet: "El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo", y en el mundo empresarial, este riesgo se aumenta cuando no conocemos como funciona mi empresa y la industria en la que opero.
Usaremos como ejemplo una carpintería. Imaginemos que somos dueños de una carpintería y que nuestros clientes principales son hoteles y restaurantes. Dado a factores de la industria y por sus procesos internos, las políticas de pago son de 30 días.
Nos vamos a enfocar en el proceso necesario para poder cerrar una venta. El primer paso es realizar la compra de la materia prima. Como ya tenemos varios años en el mercado y creamos una relación de confianza con nuestro proveedor, ellos nos ofrecen crédito a 15 días. Una vez recibida la materia prima en el taller, pasamos al segundo paso; iniciar el proceso de fabricación. Para este paso haremos el supuesto de que el proceso de producción, de pasar de materia prima a producto terminado, nos toma en promedio 15 días. Luego, ya con el producto terminado, este pasa a sala de ventas donde en promedio se tarda otros 30 días en venderse. Una vez vendido debemos empezar el proceso de cobro, el cual ya habíamos anticipado es de 30 días.
Con esta información podemos estimar un ciclo de conversión de efectivo:
45 inventario días + 30 días de cobro – 15 días de pago =
60 días de Ciclo de Conversión de Efectivo
Aquí podemos observar el dilema del ciclo de conversión de efectivo, en el día 15 se le debe pagar a los proveedores, pero el dinero entrará hasta el día 75. En este ejemplo, la carpintería debe de operar 60 días sin ingresos.
Si la inversión en materia prima es de $5,000, la carpintería requiere de una inversión de capital de trabajo de $5,000 en inventarios, pues no tendrá el efectivo disponible el día 15 para pagar al proveedor. Además, debemos contemplar que hay que pagar rentas, salarios, y otros gastos. Si la carpintería tiene gastos de $20,000, entonces requerimos también, como mínimo, de una inversión de $40,000 para sobrevivir esos 60 días, asumiendo que los clientes pagan puntuales. En total el negocio requiere un capital de trabajo mínimo de $45,000.
Es importante notar que cuando más clientes tomamos y más crecemos esta necesidad de efectivo crece pues tendremos que financiar más inventario y más mano de obra. La solución no está en vender más o crecer más, la solución está en comprender las necesidades de efectivo y prever esto por medio de inyecciones de capital o créditos.
Si no tenemos este concepto claro y no sabemos cuál es nuestro ciclo de conversión de efectivo, caemos en el estrés de falta de liquidez. Pasamos todas las quincenas y fin de meses corriendo como locos buscando efectivo para pago de rentas, planillas y proveedores.
El ciclo de conversión de efectivo se constituye como el hilo conductor entre la supervivencia empresarial y la prosperidad a largo plazo. La comprensión detallada de este ciclo no solo es esencial para evitar las trampas financieras, sino que también se convierte en el compás que guía a los empresarios hacia decisiones estratégicas y sostenibles. Conocer nuestra empresa e industria es parte de ser un buen empresario. Con un poco de conocimiento financiero y las herramientas adecuadas esto es totalmente previsible.
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