La relación riesgo/retorno es uno de los conceptos fundamentales en las finanzas. Comprender esta relación es esencial para cualquier empresario o inversionista. El concepto nos permite entender que toda inversión conlleva un riesgo y que este riesgo debe ser remunerado.
El primer paso es entender a qué se refiere el riesgo en las finanzas. El riesgo mide la incertidumbre o la probabilidad que ocurra lo esperado. Cuando la probabilidad de predicción es alta, se considera un riesgo menor, pues con mayor certeza puedo pronosticar los retornos. Por otro lado, cuando hay poca certeza sobre el retorno de una inversión, se considera un riesgo alto, pues mi capacidad de pronosticar los retornos es baja. Las métricas más comunes para medir el riesgo de una inversión es la volatilidad o desviación estándar y el Beta o la volatilidad relativa.
Por otro lado, tenemos el retorno. El retorno se representará en dos formas: Primero, como las ganancias de capital o apreciación de un activo; y Segundo, como las rentas o flujos generados por un activo. Algunos activos ofrecen la capacidad de apreciarse con el tiempo, otros ofrecen la capacidad de generar rentas o flujos de efectivo, y otros ofrecen ambos tipos de retornos, flujos y apreciación.
Al comprender la relación riesgo/retorno, entendemos que, para poder recibir retornos altos, tenemos que estar dispuestos a tomar riesgos altos y viceversa; si no estamos dispuestos a tomar riesgos altos, debemos entender que nuestros retornos no serán altos.
Otra ventaja de entender esta relación es que nos permite identificar posibles “banderas rojas” al momento de invertir. Ahora se anuncian en redes sociales oportunidades que ofrecen retornos altos y se promueven como inversiones de bajo riesgo. Esto es imposible en la relación riesgo/retorno, de alguna manera nos estan desinformando; o el riesgo no es tan bajo como dicen, o el retorno no es tan alto como ofrecen.
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